En el mundo agitado de hoy, lleno de correos electrónicos desbordados, teléfonos móviles y notificaciones de redes sociales, es más difícil que nunca poder concentrarse en nuestros objetivos importantes. Todos los días luchamos con la dilación y perdemos un tiempo precioso, en tareas improductivas, tiempo que no podemos recuperar. Estamos bajo una presión inmensa, estresante